Todas las personas nos quejamos con mucha frecuencia. Los temas pueden ser diversos: desde el clima, mucho calor o mucho frio, del trabajo que es mucho o porque es poco, por el jefe o los /las compañeros/as. En los ámbitos de estudio suelen aparecer quejas por la fecha de las pruebas, por las dificultades o facilidad de las pruebas o programas. En los vínculos: de pareja, en los vínculos con los y las hijos/as, con la familia, por los/las abuelos/as, por los/las hermanos/as, por diferentes personas que ocupan cargos en la política, por el fútbol.
En fin por todo lo que forma parte de la cotidianeidad de las personas.
La queja es solidaria, sirve como motivo de conversación en el trabajo, en el transporte público, en el ascensor hasta en el salón grande. La queja moviliza y genera la unión de los grupos, es parte del entramado cultural social; quien tiene una queja siempre encuentra un compañero/a.
“En lo cotidiano la queja funciona como una forma de comunicación. Esto es, uno aporta una serie de signos e inmediatamente nuestro interlocutor engancha en el mecanismo del diálogo. A veces ocurre una suerte de competencia – en el intercambio de quejas- más agudas unas de otras y/o a quién le ocurrió la desgracia mayor.” (Rodríguez Nebot, J., 1994 )
Antes de abordar ¿cómo dejar de quejarnos? es necesario hacer algunas precisiones en relación a ¿qué es la queja?.
La queja es un discurso interno (lo que nos decimos a nosotros mismos) o externo (lo que les contamos a otros). Esto permite expresar, aliviar un malestar, dolor, sufrimiento o con la intención de criticar algo o a alguien.
Una queja es una expresión verbal o escrita de insatisfacción o descontento que una persona tiene respecto a un producto, servicio o situación. Es una manifestación de disconformidad o inconformidad que busca llamar la atención sobre un problema o situación que se considera injusta, inadecuada o insatisfactoria. Las quejas pueden ser expresadas por una persona individual o por un grupo de personas que comparten una misma preocupación o descontento.
Las quejas pueden surgir cuando una persona siente que sus expectativas no se han cumplido, ha experimentado algún tipo de problema o inconveniente, o ha sido tratado de manera injusta. Estas quejas pueden ser tanto objetivas como subjetivas, pero en muchos casos, son subjetivas porque están basadas en la perspectiva y experiencia personal de cada persona.
Son un fenómeno psicológico y neurológico, las personas tendemos a seguir las actitudes y comportamientos de otras personas. Si te rodeas de personas que viven quejándose por diferentes motivos, entonces empezarás a quejarte por todo tú también.
Es de mencionar que siempre se deben expresar las situaciones que no nos hacen sentirnos bien. Todo esto no quiere decir que tengas que quedarte con tus frustraciones reprimidas, se trata simplemente de canalizar y expresar tus quejas o pensamientos negativos de forma asertiva y saludable.
Si algo te genera incomodidad, enojo, o frustración, entonces expresa tu queja pero, incluye una solución, una idea para mejorar, una reflexión o una enseñanza.
¿Qué tipos de quejas existen?
Quejas funcionales: son las que se expresan para recibir atención y apoyo cuando es necesario o lo amerita, así como a identificar lo que no es correcto y proponer soluciones.
Quejas disfuncionales: son las que nos cargan de negatividad, nos apartan de la búsqueda o el encuentro de soluciones y generan malestar y estrés entre nuestros vínculos más cercanos.
¿Por qué se genera este compartamiento de la queja?
A continuación enumeraré algunos de los diferentes motivos.
Aprendido, las personas somos la construcción de una continua interacción con nuestros vínculos familiares, lo hacemos través del lenguaje. Es allí, que comienza la incidencia de los otros (adultos, niños/as), se va instaurando paulatinamente desde niños/as a través del lenguaje, quien va procurando dar sentido a las emociones y a esa cotidianeidad. Y sin darnos cuenta continuamos con ello toda la vida.
Hábito, no se identifica como empezó pero forma parte de nuestra forma de actuar y relacionarnos.
Contar con tema de conversación, es una forma habitual y posiblidad que se nos da manera fácil, que nos permite atraer la atención de otros/as y las seguimos utlizando.
Pesimismo, porque somos personas pesimistas y nos es fácil identificar aspectos negativos, observando lo que funciona mal o lo que hacen mal otros o nosotros mismos, al contario de identificar lo que si funciona bien y se hace bien.
Perfeccionismo y exigencias: en el caso de ser personas con estas características las expectativas son elevadas sobre el funcionamiento de las diferentes actividades y el comportamiento de otros/as y esto genera que nuestra forma de medir sea más exigente.
Falta de empatía, cuando no somos empáticos/as, no comprendemos ni somos compasivos con el /la otro/a y nos quejamos de lo que siente, piensa, hace o le ocurre a la otra persona.
Virus contagioso, la queja es contagiosa, generando en los otros /as la predisposición a quejarse y la conversación se convierte en un intercambio y competencia de quejas.
¿Cuáles son las consecuencias negativas de la queja?
Es importante conocer , identificar y hacer consciente las consecuencias negativas de la queja:
Propiciamos un estado de ánimo negativo. Al quejarnos, es más probable que interpretemos lo que nos pasa de forma más negativa de lo que es realmente.
Generamos un mal ambiente entre nuestros vinculos (familiares, pareja, amigos, vecinos, conocidos, compañeros/as de trabajo).
Nos alejamos de la acción, nos hacemos pasivos porque mientras nos quejamos no resolvemos las situaciones que nos ocurren. No aprendemos nuevas formas de abordalas.
Afecta nuestra salud. La queja produce estrés en ti y en los que la escuchan o la sufren, y el estrés afecta a nuestra salud. En tú cerebro repetir un pensamiento o una acción crea y fortalece la conexión entre neuronas, quejarte una y otra vez forma una conexión neuronal que se refuerza con cada repetición. La reacción anterior libera de forma prolongada sustancias relacionadas con este tipo de estados emocionales como es la hormona del estrés, el cortisol.
¡ Chau queja ! Dejar de quejarnos y comunicarnos de manera asertiva.
Poner fin a las quejas nos aporta algunas ventajas:
Favorece a nuestra salud- cambia el estado de ánimo. Disminuyendo las emociones negativas tales como: celos, envidia, malestar, nerviosismo y /o tristeza.
Favorece la acción: nos encontramos en disposición para buscar alternativas y resolver las dificultades habituales que encontramos en nuestra cotidianeidad. Favorce que comprendamos y aceptemos que tenemos que cambiar y así encontrar soluciones.
Propicia y favorece a que nos responsabilicemos de las cosas que decimos o hacemos, en vez de culpabilizar a los demás.
Con la disminución de las quejas ganamos la energía que nos roban y podemos usarla, entre otras cosas, para cambiar lo que no nos gusta. La queja nos debilita, mientras me quejo no estoy haciendo nada para cambiar la situación.
Algunas claves para dejar de quejarte
1) Identifica si te quejas. Responde porque o para que lo haces. Decide si quieres dejar de quejarte y adquiere un compromiso de cambio.
2) Pon atención al tono de voz que usas cuando hablas. Cuando nos quejamos el tono de voz es más apagado, triste, crítico , con enojo, etc.
3) Identifica sobre qué temas te quejas más frecuentemente (tareas de la casa, tareas de cuidado, acerca de tú trabajo, de los demás, del tránsito, del clima). Se consciente de las veces que te quejas. Haz una pequeña marca cada vez que te quejes, en un papel o en una nota de tú celular.
4) Intenta ser breve cuando expresas las quejas, en cambio comunica aspectos neutros o positivos de noticias de la actualidad, las vacaciones, libros, series , películas.
5) Aprende o mejorar la forma de hablar. Puedes entrenar habilidades sociales y de comunicación para expresar de forma adecuada los aspectos negativos pero sin que se conviertan en una queja continua. Expresa lo que no te hace sentir bien pero no te quejes.
6) Transforma las quejas en soluciones.
7) Anota en una hoja las ventajas de no quejarte y léelas cada día. Cambia la queja por un agradecimiento por lo que tienes o lograste. Busca la perspectiva positiva. Identifica en tu entorno lo que hacen bien y lo que está bien.
Para finalizar es importante que puedas compartir con otros/as estas ideas y sugerencias para llevar a la acción y abandonar la queja que obstura y paraliza sin encontrar otras soluciones o alternativas a las diferentes situaciones que se nos presentan. En próximas entregas trabajaré la queja en el espacio psicoterapéutico y la queja en los lugares de trabajo.
BIBLIOGRAFÍA
Forbes, Jorge.(2012)Basta de Quejas. Disponible:https://redpsicoanalitica.org/2015/10/12/basta-de-quejas-forbes/ Recuperado 19_03_2023.
Gioia, Angélica.(2020) De la queja neurótica a la responsabilidad subjetiva. Repique 5. Disponible: http://glm-uy.org/template.php?sec=revista-repique&file=revista-repique/005/las-neurosis/de-la-queja-neurotica-a-la-responsabilidad-subjetiva.html
Rodríguez Nebot, J. Multiplicidad y Subjetividad. La queja. (1994) Disponible: https://es.slideshare.net/terac61/la-queja-rodriguez-nebot. Recuperado 19/03/2023
Cómo Dejar De Quejarse Para Siempre Con Estas 3 Estrategias Poderosas. Disponible : https://habitualmente.com/como-dejar-de-quejarse/#footnote-bottom-11, Recuperado 27/03/2023
¡Libérate de la queja! Vivirás mejor. La influencia de la queja en nuestra vida. Disponible: https://www.areahumana.es/como-dejar-de-quejarse/. Recuperado 27/03/2023.
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